Puedes ser un emprendedor, tener tu propia empresa o simplemente desempeñar cualquier rol de trabajo que amerite atención al cliente, y aunque estés a gusto con el papel que estés desempeñando lo más seguro es que no todo será color de rosas, inevitablemente puede llegar una nube gris que hará que el día más soleado, sea el día más oscuro y difícil.
Hoy no venimos hablar del buen cliente, sino del terrible, fastidioso, avaro, egocéntrico Cliente Tóxico. Ese personaje inconforme, que no tiene causa, ni motivo y que por supuesto siempre tiene la razón por encima de los demás.
Dicho esto, aquí hay 8 consejos para identificar clientes tóxicos:
- El cliente grosero y mal educado. No hay necesidad de que nadie sea grosero en un entorno profesional, si tienes clientes que son groseros sin ningún motivo y con motivo, te recomendamos que te deshagas de ellos; no necesitas ni abuso, ni malas vibras.
- Siempre quieren un descuento o pagar poco pero exigiendo mucho. Muchas empresas pueden ofrecer a sus clientes un descuento en productos y servicios, algo que puede ser beneficioso. Pero cuando los clientes comienzan a exigir descuentos o rebajas ridículas por tu trabajo, te recomendamos que los dejes ir ese cliente ya no vale la pena.
- Quieren tu atención todo el tiempo. El cliente debe comprender y diferenciar que una empresa no es lo mismo que un empleado. Contratar un servicio no significa ser su niñera. Todos los clientes tienen su tiempo de atención, si desean más, cobra más.
- El cliente egoísta. Algunos clientes podrán decir las mil maravillas de tu trabajo, pero se negarán a compartir tus servicios para que nadie pueda aprovechar la oportunidad que ellos tuvieron.
- El Indeciso. Ese que no puede tomar una decisión, que no sabe lo que quieren, pero de todas maneras lo quieren, ese mismo que te puede arrastrar a trabajar en un proyecto durante meses y después cambiar todas sus ideas porque no tiene una estructura o proyecto elaborado concreto.
- El Sabelotodo. Un espécimen muy difícil de tratar, este cliente tóxico siempre tiene la razón y además siempre creerá que sabe más de tú labores que tú. Mucho cuidado con este tipo de cliente, ya que no solo te hará pasar un mal rato, sino que además lograra que el proyecto no tenga pies ni cabeza.
- No es bueno mezclar el ambiente profesional con el personal y mucho menos el familiar. El Cliente familia o amigo, suelen esperar un trato de privilegiado, y si se lo permites lo más seguro es que se aprovechen de nuestra buena voluntad y más que nuestros clientes acabarán siendo un dolor de cabeza.
- El Cliente Deudor que no valoran nuestro trabajo y nuestro tiempo, esos que te darán largas, los que nos convertirán en cobradores de tiempo completo y te inventaran más de un cuento para no pagar lo que nos deben.
